domingo, 8 de julio de 2012

Hopper


Inventó la luz para conquistar el gesto, para resbalar entre líneas perfectas, paralelas que sostenían las ilusiones de un voyeur. Conquistar lo íntimo para averiguar que la nostalgia es el tempo decadente de todos, el calor de los solos. Miradas perdidas en múltiples horizontes, en las manos, en las escenas que espiamos desde un tiempo no muy diferente. 
Equilibrio continuo en el contraste; la sombra y el luminoso puro. Colores densos, vívidos, con esa pátina gris y todos sus matices, única conquista posible al celuloide.
Cadencia, lentitud, descuido cotidiano, belleza del instante robado y el azul de un mar espeso donde dejar las velas a la deriva, sin caminos donde echar a correr, siempre atrapados en la contemplación de     nuestro propio escenario.

http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_artista/285

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